La exposición al sol con moderación es recomendable durante todo el año, pues los rayos solares favorecen la producción de vitamina D, mejoran alteraciones de la piel como el acné o la psoriasis, estimulan las defensas, mejoran el estado de ánimo, y ayudan a la reducción del colesterol o las respuestas musculares.
Sin embargo, si esta exposición se hace de manera inadecuada y sin protegernos puede provocar problemas en nuestra piel, envejecimiento prematuro, quemaduras más o menos graves, eritemas, cáncer de piel, trastornos de la vista, cataratas.
Protegernos correctamente hará que disfrutemos de los beneficios y evitemos los riesgos a consecuencia de una exposición inadecuada.
En verano somos más conscientes de la necesidad de utilizar un fotoprotector, pero en invierno tenemos la percepción equivocada de que no es tan necesario, aunque no es así; aparte de que el sol incide en nuestra piel, en nuestro día a día utilizamos sustancias como perfumes, algunos componentes cosméticos, medicamentos que nos hacen más sensibles a los rayos solares.
Muchos de los medicamentos que nos prescriben habitualmente nos pueden provocar reacciones fototóxicas o fotosensibles en la piel cuando estamos expuestos al sol; salen más manchas (hiperpigmentación), reacciones alérgicas, quemaduras. De estos medicamentos los más reactivos son los antiacneicos como la isotretinoina y los anticonceptivos.
Otros medicamentos que pueden dar estas reacciones:
- Antibióticos: Azitromicina, Ciprofloxacino.
- Antiinflamatorios: Ibuprofeno, Dexketoprofeno (EnantyumⓇ), Diclofenaco (Voltaren®).
- Antiulcerosos:
- Hipolipemiantes: Simvastatina, Atorvastatina.
- Antihistamínicos: Cetirizina, Ebastina, Loratadina, Difenhidramina (presente en muchas cremas antipicadas).
- Antidepresivos: Fluoxetina (Prozac®), Sertralina, Paroxetina.
- Diuréticos:
- Psicofármacos: Lormetazepan, Diazepan.
- Antihipertensivos: Enalapril, Losartan.
- Hipoglucemiantes: Glicacida, Glimepirida.
Por eso es muy importante utilizar fotoprotectores durante todo el año, especialmente los de amplio espectro que protegen de las radiaciones UV-A y UV-B. Además, es recomendable usar gafas de sol y si es posible, administrar el medicamento fotosensibilizante por la noche, así en el momento de máxima exposición al sol, su concentración será más baja y por lo tanto el riesgo menor.
Los farmacéuticos podemos ayudar a aclarar dudas, detectar situaciones vulnerables y a elegir los productos más adecuados para nuestros clientes/pacientes.
Bibliografía:
- Sonitos Biblioteco de Solu El Correo Farmaceutico.
- Axo Health Keeper Colegio Oficial de Formacéuticos de Pontevedra.
- CIM Hospital Universitari de la Vall d’Hebron.
- Col·legi Oficial de Farmaceutics de Barcelona.