Las aftas son pequeñas úlceras redondeadas u ovoides de la boca con un fondo amarillo o grisáceo, a veces rodeadas de un área de color rojo. Suelen presentarse en el interior de los carrillos y labios, bajo la lengua, en el paladar blando y las encías.
Se presentan a cualquier edad, pero sobre todo entre los 10 y 40 años, y más en las mujeres. Suelen ser dolorosas, pero no son contagiosas. Antes de que aparezca el dolor puedes notar una sensación de ardor u hormigueo local.
El dolor disminuye en 7 o 10 días y suele desaparecer en 1-2 semanas sin tratamiento. Las úlceras mayores de 1 cm pueden tardar en curar hasta 3-4 semanas.
Aunque generalmente no se conoce la causa, se han identificado una serie de factores que predisponen a su aparición:
- Físicos, como los traumatismos locales que pueden producirse al llevar dentaduras postizas y aparatos de ortodoncia, o los debidos a pequeñas mordeduras del interior de las mejillas o la lengua. También pueden aparecer tras manipulaciones dentales o una limpieza dental intensa.
- Químicos, como el uso de dentífricos con lauril sulfato sódico, el tratamiento con determinados fármacos o el abandono del consumo de tabaco (de algún modo, la nicotina actúa como agente protector).
- Psicológicos, como las situaciones de estrés.
- Endocrinos, como el embarazo o la menstruación.
- Nutricionales, como las deficiencias de hierro, ácido fólico o vitamina B12, o las alergias a determinados alimentos.
¿Qué puedes hacer?
- Evita los alimentos ácidos y los salados, así como los muy calientes o muy condimentados y las bebidas alcohólicas o carbonatadas. También deben evitarse los alimentos que producen aristas al masticarlos, como galletas o patatas chip. En algunos pacientes, la aparición de aftas se relaciona con el consumo de ciertos alimentos como frutos secos, mariscos, chocolate, piña o condimentos como la mostaza, por lo que en dichos casos debe evitarse su consumo.
- Mantén una correcta higiene de la boca, dientes y encías con un cepillado correcto y el uso diario del hilo dental. Utiliza un cepillo de cerdas suaves. Mantén los cepillos dentales bien limpios y cámbialos al menos una vez cada 3 meses.
- Haz enjuagues bucales de agua con sal o con clorhexidina sin alcohol después de lavarte los dientes.
- Puedes aplicar sobre la úlcera una solución de agua oxigenada rebajada a la mitad con agua para aliviar el dolor.
- Acude al menos una vez al año al dentista para realizar una revisión bucodental.
- Consulta con tu farmacéutico. Hay productos sanitarios y medicamentos de aplicación tópica que pueden dispensarse sin receta. Están disponibles en forma de soluciones ligeramente gelificadas (en colutorios o esprays) o formas sólidas para chupar, así como preparados para aplicar directamente sobre las aftas (geles de mayor viscosidad o bastoncillos, que pueden resultar útiles cuando se trata de un afta de fácil acceso).
Fuente: www.semyc.es (guía práctica de salud); www.elfarmaceutico.es